Instructivo de Prevención Niños

Instructivo de Prevención Niños

  • 6 dic, 2012

La atención y cuidado que reciben los niños en su ambiente familiar y social durante los primeros años de vida, definen muchas de sus características en la etapa adulta y la mayoría de las veces es más importante que la carga genética de sus padres.

Promoción de la Salud
Es importante participar en el cuidado de la salud individual, familiar y de la comunidad a la que pertenecemos, con un conocimiento claro que nos facilite la identificación de problemas y la mejor manera de solucionarlos.

El personal de salud de su Unidad Médica, los invitará a las pláticas educativas programadas para ustedes, con el propósito de apoyar su función como padres de familia. Los temas seleccionados les ayudarán a resolver dudas y tomar las mejores decisiones sobre:

? Estimulación temprana del desarrollo físico, psicológico y social de los niños.
? Alimentación, desde la etapa de recién nacido, mediante lactancia materna, hasta la integración de los niños a la dieta familiar.
? Prevención de riesgos y enfermedades como: muerte súbita, raquitismo, accidentes y violencia familiar, entre otros.

Desarrollar conocimientos para un mejor cuidado de la salud, nunca es pérdida de tiempo. Recuerde que la salud es un requisito indispensable para que el ser humano sea capaz de realizar sus aspiraciones, satisfacer sus necesidades y cambiar su realidad para vivir mejor.

Desarrollo psicomotor de los niños

El desarrollo psicomotor es un proceso continuo de aprendizaje, mediante el cual los niños logran sus óptimas capacidades en respuesta a los estímulos que se generan en su medio ambiente. Conforme el niño crece, sus aptitudes se van desarrollando de la siguiente manera:

Durante su primer mes de vida, desarrolla los sentidos de la vista y el oído. Muéstrele objetos brillantes, háblele continuamente y repítale sonidos.

De dos a cuatro meses, sostiene la cabeza y sonríe espontáneamente. Se debe realizar la estimulación como un juego; colóquese frente a su hijo y háblele, muévase para que el niño le siga con la vista, dele un juguete o una sonaja para que lo sostenga en su mano; debe llamarlo siempre por su nombre. Durante la estimulación, lo más importante es la comunicación que usted establece con su hijo.

De los dos a los cinco meses, busca objetos o personas que hacen ruido. Haga sonar una campana o una sonaja para provocar su risa.

De los cuatro a los siete meses, se puede sentar solo. Aquí es recomendable que lo coloque frente a un espejo para que se vea, se platique y conozca su cuerpo, usted tiene que emitir sonidos para que el niño los repita. Adopte siempre una actitud afectiva y estable con él.

De seis a diez meses, empieza a hablar repitiendo sílabas sencillas cómo da, ma, pa; platique con él para que aprenda a repetir palabras sencillas.

De siete a doce meses, gatea, colóquele juguetes delante de él para que los alcance; también empieza a decir no y lo reafirma moviendo la cabecita, enséñele a decir adiós con la manita, flexione sus deditos, hágalo que tome objetos o juguetes con sus dedos índice y pulgar; estimule a su niño aplaudiéndole o premiándole por sus esfuerzos.

De diez a doce meses, camina con ayuda, dele apoyo sosteniéndolo de una mano; enséñele a jugar con juguetes diciendo: "ten", "dámelo"; "toma"; recuerde que el cuidado y educación que le dé a su hijo en los primeros años, le ayudarán a tener un desarrollo y crecimiento adecuado para toda su vida. Esté alerta a sus deseos y demandas, escúchelo, dele confianza.

Todas las madres y padres aún sin saberlo, estimulan el desarrollo de sus hijos al acariciarlos, hablarles, cantarles, enseñarles a tomar objetos, a sentarse, a caminar, a diferenciar sabores, temperaturas, sonidos y en general, a relacionarse con el mundo que les rodea.


Estimulación Temprana

Para que estas enseñanzas tengan el mejor resultado y puedan llamarse estimulación temprana, deben iniciarse durante el embarazo, ya que el desarrollo de los niños comienza desde la gestación; si por algún motivo no se dio en ese momento, empiece lo más pronto posible a partir del nacimiento y recuerde que los primeros cinco años de la vida son determinantes en el desarrollo del niño, porque durante ellos, tiene una enorme capacidad de aprendizaje.
Habla o lenguaje. Platique con él constantemente, en un tono suave y afectuoso, pero pronunciando correctamente cada palabra.

Física o motora. Estimule el movimiento de todas las partes de su cuerpo: dele objetos de diferentes formas, consistencias (duros o blandos) y texturas (lisos, ásperos) y deje que los manipule libremente, nunca le dé objetos peligrosos que puedan lesionarlo. Desde muy pequeño estimule y fortalezca los músculos de sus piernas, brazos, tronco, abdomen, cuello y cabeza, mediante masajes suaves y ejercicios que le enseñarán a usted en su Unidad Médica, durante las pláticas sobre estimulación temprana para que los practique con su hijo.

Retención o memoria. Estimule todos sus sentidos, la vista, el oído, el olfato, el gusto, el tacto y ayúdelo a asociar sus percepciones con personas, objetos, lugares, animales y hechos concretos.

Entendimiento. Esta capacidad al igual que la memoria y la inteligencia, las puede desarrollar mediante la lectura, la narración de cuentos e historias, las actividades manuales como colorear, cortar, pegar, armar rompecabezas y otros objetos desarmables. Recuerde, es bueno que a los niños se les establezcan límites claros, pero deles siempre libertad de expresión.

Socialización. El ser humano, no puede vivir aislado, por ello, es importante que su hijo aprenda a convivir con el resto de la familia y ya que sea mayor, con sus compañeros de guardería y de escuela; por lo tanto deberá enseñarle desde pequeño a demostrar sus emociones y a respetar los derechos de los demás.

Finalmente recuerde que el mejor estímulo para el desarrollo de su hijo, es el trato amoroso y respetuoso que ustedes le den. Para fortalecer el desarrollo de cada una de sus capacidades, en su clínica encontrará orientación y apoyo para hacerlo de la mejor manera posible.

Alimentación


La buena alimentación de los niños desde el nacimiento, es una condición indispensable para su crecimiento y desarrollo adecuados.

Alimentación al seno materno

La leche materna es el alimento ideal para el recién nacido y debe darse inmediatamente después del nacimiento, cada vez que el niño lo pida, sin importar horario. Esta leche ayuda a prevenir padecimientos como la diarrea e infecciones respiratorias, evita problemas de alergias y el ejercicio que el niño hace con su boca al mamar, favorece el buen desarrollo del paladar.

Lávese las manos antes de darle de comer a su bebé y limpie sus senos con agua hervida. Acerque el pezón a la boca del bebé y haga que abra su boquita para introducir el pezón, lo que provocará que empiece a mamar y tome la leche fácilmente. El tiempo recomendable para amamantar es de 10 a 15 minutos en cada pecho.

Antes de ofrecer el otro seno, ayude a su hijo a sacar el aire que tragó, colocando la cabeza del niño sobre su hombro y dándole palmaditas leves sobre la espalda hasta que eructe todo el aire; en ocasiones devuelven un poco de leche, no se preocupe es normal. Si queda molesto y llorando, intente sacarle el aire nuevamente.

Es recomendable continuar la lactancia materna hasta los seis meses de edad, esto favorecerá el crecimiento y desarrollo ya que la leche cubre las necesidades nutritivas que el niño tiene en esta etapa; recuerde que amamantarlo le permite estrechar los lazos de afecto entre usted y su hijo, por ello trate de que sea una experiencia agradable y tranquila para ambos. Siéntese cómodamente procurando colocar al niño lo más cerca posible de su pecho; si está mojado o sucio, primero cámbiele el pañal y lávese las manos antes de empezar a darle de comer.

Para que usted pueda amamantar a su niño, necesita llevar una alimentación variada que le brinde las sustancias nutritivas requeridas para usted y para él, coma suficiente cantidad de verduras y frutas, combine cereales con leguminosas y consuma leche, queso, carne y huevo, en forma moderada.

Evite fumar y tomar bebidas alcohólicas, disminuya su consumo de café y refrescos, especialmente de cola, prefiera líquidos como agua hervida, leche o agua de frutas.

Lactancia con Fórmula Láctea

Si por alguna causa usted no puede darle alimentación al seno materno a su hijo, el médico de familia le recomendará un sustituto de leche materna.

No es recomendable alimentar a los niños con leche de origen animal, de vaca, burra o cabra, porque les puede producir alergias o sangrado intestinal. Existen fórmulas especiales para los niños que presentan alergia o tienen intolerancia a la lactosa, su médico de familia le orientará sobre la más adecuada para su pequeño.

Si su hijo toma leche de bote, es muy importante que usted sepa cómo prepararla. Tenga a la mano: El bote de leche indicada por el médico, agua hervida, biberones hervidos, cucharas y medidor de leche lavados y secos.

Limpie muy bien la mesa donde va a preparar la leche. Si cuenta con refrigerador, prepare todos los biberones del día, si no lo tiene, es preferible que prepare uno por uno, cada vez que le toque de comer al niño.

En cada biberón ponga primero la leche en polvo y después el agua hervida, trate de que todas las medidas de leche se llenen al ras. Si coloca cuatro medidas de leche en el biberón, agregue agua hervida hasta completar cuatro onzas, guíese por las marcas señaladas en cada biberón. Ponga el tapón de seguridad y agite enérgicamente hasta que la leche se disuelva, evite tocar el chupón con sus manos, siempre verifique que el goteo del chupón sea continuo y el adecuado para su bebé.

Coloque los biberones con leche en un esterilizador o en una olla, ponga agua en el esterilizador o la olla, sin rebasar la mitad de cada biberón y deje que hiervan quince minutos.

? Deje enfriar los biberones y póngalos en el refrigerador.
? Cuando vaya a alimentar a su hijo, entibie la leche en baño maría.
? Si el niño no se terminó la leche, tírela, no se la vuelva a dar.


Alimentación Complementaria

Para favorecer el crecimiento y desarrollo, entre el cuarto y sexto mes de edad, el niño requiere consumir otros alimentos además de la leche materna. Los alimentos que se recomiendan a partir de esta edad son:

? Puré de frutas y de verduras, inicie con probaditas y poco a poco aumente la cantidad; no les agregue sal ni azúcar; no mezcle los alimentos; primero ofrézcale una vez al día, después pueden ser dos o tres.
? Conforme crece el niño vaya agregando otros alimentos como: cereales en forma de papillas, carne de pollo molida o en forma de puré con verduras.
? Posteriormente agregue leguminosas como frijol, lentejas o habas, bien cocidas, molidas y coladas en forma de puré.
? Incluya palitos de pan o tortilla, galletas "marías" o saladas.
? Cuando cumpla nueve a diez meses, proporciónele huevo cocido o frito, al principio la yema únicamente y después completo conforme lo vaya tolerando el niño.
? A los doce meses incluya frutas cítricas como naranja, mandarina o toronja en forma de jugo o en pedacitos pequeños.

En esta etapa lo debe ir preparando para que coma de los alimentos que consume su familia y durante los dos primeros años de edad inicie la formación de hábitos para tener una alimentación saludable: enséñele a su hijo a beber en taza, a que ya no use biberón; a lavarse las manos y a cepillarse los dientes; a que avise cuando quiera ir al baño; estimule al niño con afecto y cariño sin necesidad de regaños o castigos, téngale paciencia y cuide que coma todos los alimentos que usted le da.

El niño entre uno y cinco años de edad requiere de cinco comidas al día: desayuno, comida y cena y alimentos entre una comida y otra.

En el desayuno podrá tomar: leche previamente hervida, sola o con cereal, una fruta de la temporada o jugo, probaditas del guisado que tenga, sin chile y sin exceso de grasa. A media mañana dele: media pieza de fruta o media tacita de verduras picadas o rayadas.

En su comida: medio plato de sopa, pequeñas porciones de guisado, frijoles, media tortilla y agua de fruta natural. A media tarde, media pieza de fruta de la temporada. En la cena, dele: leche, de una a cuatro galletas ¨marías¨ y un poco de guisado si el niño lo desea.

De acuerdo con la aceptación y la tolerancia de cada niño, se aumentarán las cantidades de alimentos que coma, hasta lograr que se integre a la alimentación familiar.

Durante la etapa escolar a partir de los seis años, no existe diferencia en el peso y la estatura entre los niños y las niñas, pero requieren que usted continúe dándoles cuidados y reforzando la buena alimentación ya que algunos de los problemas alimentarios que tienen su origen en etapas tempranas de la vida, se pueden prevenir, tal es el caso de la desnutrición, el sobrepeso y la obesidad.

Las siguientes sugerencias están encaminadas a lograr una mejor aceptación de los alimentos y buenos hábitos de alimentación.

? Combine colores para hacer más atractiva la comida, mediante ricas ensaladas de frutas y verduras, las puede ofrecer crudas, cocidas o en refrescantes jugos.
? Levante al niño un poco antes para que tenga tiempo de comer sin prisa y procure que esté acompañado mientras desayuna, nunca debe irse a la escuela sin desayunar.
? Para la hora del recreo usted le puede preparar agua fresca, jugos de frutas o verduras, leche o yogurt, torta o emparedados con diferentes rellenos, palomitas, cacahuates o pepitas, nueces o semillas de girasol, verduras crudas, rayadas o picadas, trozos de fruta, y germinados, entre otros.
? Refuerce los hábitos de higiene como lavarse las manos antes de comer alimentos y después de ir al baño y cepillarse los dientes después de cada comida.
? Los niños en edad escolar necesitan tres comidas y dos alimentos ligeros.
? Las frutas y verduras deben comerse bien lavadas y desinfectadas. Puede desinfectarlas con productos de uso comercial que contengan cloro o yodo, siguiendo las instrucciones del fabricante.
? No sustituya en la dieta de sus hijos el agua natural por refrescos embotellados. Prefiera la comida preparada en casa, a otras como la rápida, la de la calle o la "chatarra".

Prevención de Muerte Súbita

¡Cuidado! Durante el primer año de vida, hay un tipo de muerte en el lactante que se presenta en forma inesperada mientras está dormido, a ésta se le llama muerte súbita. Para evitarla, coloque siempre a su hijo boca arriba para dormir o descansar, acostúmbrelo a que duerma sobre un colchón duro, nunca sobre almohadas o almohadones blandos.

Prevención de Raquitismo

El raquitismo es una enfermedad relacionada con carencia de calcio y vitamina D, elementos indispensables para la formación y fortaleza de los huesos. Este problema se puede resolver de la manera más sencilla, mediante baños de sol a partir del primer mes de edad durante 15 a 20 minutos, ya que la luz del sol activa la vitamina D que sirve para absorber el calcio y fijarlo en los huesos.

Prevención de Accidentes

Los riesgos de accidentes en los niños, son diferentes entre una edad y otra, sin embargo, la mayoría de los accidentes pueden prevenirse.
En el recién nacido:

• Acuéstelo siempre boca arriba o de lado, nunca boca abajo.
• No lo deje solo por períodos prolongados. Siempre esté al pendiente de él, aún cuando esté dormido.
• Evite tener a su alcance cojines, trapos o plástico que accidentalmente puedan tapar su carita y sofocarlo.
• Asegúrese de que en el lugar donde lo acuesta no haya arañas, alacranes o algún otro tipo de animales nocivos.
• Nunca le dé para que juegue objetos con los que pueda cortarse, picarse o lo suficientemente pequeños para que corra el riesgo de asfixiarse con ellos al llevárselos a la boca.

Durante el primer año de vida

Es una etapa difícil, pues los niños en su afán por investigar el mundo que les rodea, frecuentemente estarán en peligro. Los accidentes más frecuentes en el hogar son:

• Las intoxicaciones por medicamentos, productos de aseo, monóxido de carbono, hongos y plantas.
• Las quemaduras por fuego, líquidos calientes, electricidad, productos químicos.
• Los ahogos o asfixia por bolsas de plástico, introducción de cuerpos extraños en nariz y boca, o bien estrangulación durante el juego.

Si usted aplica las siguientes medidas de prevención, el riesgo será mucho menor:

• No guarde las medicinas y los productos tóxicos o no comestibles en recipientes para comida o en botellas de refresco.
• Evite que sus niños entren a la cocina cuando usted esté cocinando, no deje utensilios con alimentos calientes al alcance de ellos, recuerde que andan explorando la casa.
• Cuando esté bañando a sus hijos no los deje solos.
• No permita que sus niños corran con objetos o juguetes puntiagudos y cortantes, vasos de vidrio, dulces en la boca o cualquier otro objeto.
• No coloque velas o veladoras cerca de las camas, cunas o lugares donde duermen, procure que las camas no estén pegadas a la pared, para evitar que insectos y arañas caigan en ellas.
• Tenga cuidado de no colocar al paso de los niños objetos o muebles que puedan ocasionarles tropiezos y caídas; que no haya objetos peligrosos o pesados que puedan jalar cuando pasan.
• Ponga tapas de seguridad en las tomas de luz eléctrica.
• No deje solos a los niños en sillas o mesas, mantenga en alto los barrotes de la cuna.

Entre uno y cuatro años

En esta edad, los niños poco a poco se desplazan por todos lados, su interés y curiosidad los exponen a que puedan tener accidentes, aplique las siguientes medidas de seguridad:

• Evite que jueguen con bolsas de plástico porque se pueden asfixiar si se cubren con ella la cabeza.
• Retire objetos o juguetes pequeños como canicas, muñequitos, cochecitos, que puedan llevarse a la boca y tragárselos.
• Procure no tener instalaciones de luz eléctrica en mal estado, los niños pueden introducir sus dedos y quemarse o electrocutarse.
• Evite que los niños jueguen en la calle, en escaleras, cerca de estufas eléctricas o de gas, recipientes de agua caliente, coladeras, cisternas y pozos.
• A temprana edad enséñeles a nadar. Cuando esté cerca de fuentes, albercas, arroyos, ríos o del mar, vigílelos estrechamente.
• Siempre que estén muy calladitos y silenciosos investigue qué están haciendo, ya que pueden estar en peligro.
• Cuando los niños estén expuestos por mucho tiempo al sol, protéjalos con ropa adecuada y aplíqueles cremas protectoras.
• Si en casa tiene animales, asegúrese de que no sean un peligro para sus hijos, enséñeles que estas mascotas no son juguetes y que pueden lastimarlo.

De los cinco a los nueve años

Los niños en esta etapa de su vida, tienen un mayor contacto con otros ambientes fuera del hogar como son: escuela, sitios de recreación o esparcimiento y vía pública, lo anterior aunado a la curiosidad propia de esta edad, los expone a riesgos y situaciones de peligro.

Para prevenir accidentes procure:

• No dejar al alcance de ellos, medicamentos, frascos con productos de aseo, solventes y productos químicos tóxicos que puedan ingerir o provocarles quemaduras; proteja contactos e instalaciones eléctricas.
• Coloque barandales y cintas antiderrapantes en las escaleras, enséñelos a levantar sus juguetes u objetos que obstaculicen o sean de riesgo en sus áreas de tránsito y de juegos.
• No deje a su alcance bolsas de hule que puedan provocarles asfixia o instrumentos punzocortantes como cuchillos o navajas.
• Evite que los niños jueguen cerca de barandales o muebles altos, que no suban a la azotea, árboles, postes u otros sitios peligrosos para evitar caídas y el riesgo de que presenten lesiones graves.
• Enséñeles a cruzar la calle, a subir al transporte público, a usar equipo de protección si juegan en bicicleta, patines o patineta y que no lo hagan en la vía pública, que respeten siempre las señales de tránsito, que viajen preferentemente en el asiento trasero del automóvil y con cinturón de seguridad bien puesto.

Prevención de Violencia Familiar

La violencia, constituye por desgracia, un problema frecuente en las familias mexicanas, nuestra cultura favorece que la mujer adopte el papel de víctima con su pareja y traduzca su enojo y frustración en maltrato a los hijos, que a su vez, son también maltratados por el padre.

La violencia familiar es un problema complejo para el que no existen soluciones fáciles, sin embargo, el primer paso siempre será identificar que el problema existe y tener el valor de pedir ayuda para resolverlo.

Si en su familia es frecuente el maltrato verbal, mediante gritos y groserías; el físico, a través de golpes y lesiones intencionales; o el emocional, que puede darse con amenazas de todo tipo, incluso de muerte; si el respeto que debe haber entre la pareja y entre padres e hijos se ha perdido, usted está ante un problema de violencia familiar y es importante que lo identifique y se dé cuenta que no está obligada a aguantarlo toda su vida.

Las causas de la violencia son múltiples, entre las más frecuentes están: alcoholismo o algún otro tipo de adicción, enfermedad grave, incapacidad o muerte en algún miembro de la familia, problemas económicos, o simplemente tener la costumbre o cultura del maltrato a la mujer, a los hijos o a cualquier persona que dependa económica y emocionalmente del jefe de la familia.

La violencia familiar repercute negativamente en la educación y formación de sus hijos. Si ésta existe en su hogar el personal de salud de su Unidad Médica los orientará sobre cómo identificarla, los referirá a donde podrán darles asesoría y apoyo legal para empezar a resolverla y los invitará a participar en un grupo de ayuda en el que personas que viven la misma situación compartirán sus experiencias para aprender a afrontar y superar la violencia familiar.

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