Instructivo de Prevención Adulto Mayor

Instructivo de Prevención Adulto Mayor

  • 6 dic, 2012

El envejecimiento es un proceso natural, dinámico, irreversible, progresivo y universal que se inicia desde el momento mismo en que se nace, por lo tanto, ningún ser humano está exento de envejecer.
Para todos aquellos que tienen más de 59 años de edad, actualmente, existe un gran número de posibilidades para vivir la vida con amor, gratitud, optimismo e intensidad. Seguramente muchos de los ideales y metas se han cumplido gracias al esfuerzo, trabajo y compromiso con el que ha vivido.
Es probable que los hijos ya sean independientes y que ha esta edad se puede decir ¡Misión Cumplida! Lo más probable es que sus hijos lo tendrán en un lugar muy especial de sus vidas y de su corazón.
Recuerde que pase lo que pase de todos modos son triunfadores.

Promoción de la Salud

Educación para el cuidado de la salud

Adquirir conocimientos para cuidar mejor nuestra salud, nunca es pérdida de tiempo. Recuerde que la salud es indispensable para que el ser humano sea capaz de realizar sus aspiraciones, satisfacer sus necesidades y cambiar su realidad para vivir mejor.

Es importante que usted participe en el cuidado de su salud, con un conocimiento claro que le facilite la identificación de problemas y la mejor manera de solucionarlos.

El personal de su Unidad Médica, le invitará a las sesiones educativas cuyo propósito es que usted adquiera hábitos y conductas saludables.

¡No lo piense más! ¡Participe!

¡Usted es una persona valiosa e importante para su familia y para la sociedad!

Actividad física

La mayoría de los adultos mayores reducen en forma importante su actividad física, pues permanece gran parte del tiempo sentados o realizan trabajos que requieren menor esfuerzo o movimiento. Es cierto que el envejecimiento biológico se da de manera natural en todos los seres humanos y si bien el ejercicio no frena el paso de los años, sí le permite vivir con mayor independencia y dignidad en esta etapa de su vida. El ser humano está diseñado para el movimiento, su capacidad funcional aumenta como respuesta a la actividad física y se deteriora con la inactividad, por ello es conveniente insistir en que el hacer ejercicio de manera regular, beneficia a nuestra mente y a nuestro cuerpo.

Los efectos benéficos que el ejercicio le brinda son los siguientes:

? Mejora el trabajo del corazón, disminuye la presión arterial y el riesgo de tener infartos.
? Reduce los niveles de azúcar y grasa en la sangre y le ayuda a disminuir de peso.

Disminuye la tensión nerviosa, favorece el aprendizaje, aumenta la autoestima y la sensación de bienestar, en general ¡mejora la calidad de vida!

? Es recomendable realizar actividad física de 20 a 40 minutos, tres a cuatro veces por semana. Si nunca ha hecho ejercicio, debe empezar realizándolo durante 10 minutos al día y aumentar poco a poco, hasta alcanzar un tiempo de 20 a 40 minutos y no olvide las siguientes recomendaciones:
*Realizarse un examen médico previo que avale su estado de salud.
*Usar ropa y zapatos cómodos.
*Iniciar cualquier ejercicio tres horas después de haber ingerido alimentos.
*Tomar agua durante y después del ejercicio.
*Suspender la actividad si siente algún tipo de dolor y consultar a su médico.
Por más ocupado que esté, seguramente podrá darse tiempo para realizar diariamente la siguiente actividad física mínima:

? Permanecer de pie de dos a tres horas, en diversos momentos del día, para prevenir la pérdida de minerales de los huesos.
? Levantar algo moderadamente pesado durante unos segundos, para evitar el deterioro muscular.
? Movilizar las articulaciones del cuerpo, para contrarrestar la pérdida de movilidad.
? Aumentar moderadamente la frecuencia cardiaca (latidos del corazón) durante tres minutos, mediante caminata o subiendo y bajando escaleras, para prevenir el deterioro cardiovascular.

El ejercicio es una excelente actividad en la que usted puede ocupar su tiempo libre, convivir con otras personas, mejorar su estado de salud y darse cuenta de que la vida le ofrece en esta etapa importantes oportunidades para sentirse pleno y feliz. Acuda a su Unidad Médica o Unidad Deportiva donde le darán la orientación que requiera y el plan de actividad física más adecuado para usted.

Prevención de accidentes

Los accidentes que sufre el adulto mayor muchas veces son consecuencia del descuido en el que se le tiene y la falta de consideración a algunas de sus limitaciones funcionales tanto en la familia como en la sociedad. Por eso, para prevenir y evitar los accidentes que ocurren con mayor frecuencia en el hogar, la vía pública, el lugar de trabajo y los sitios de recreación y esparcimiento, es aconsejable lo siguiente:

En el hogar
Mantener bien iluminadas todas las áreas, en especial las escaleras, las cuales deben tener barandal o pasamanos y material antiderrapante en los escalones.
Cuidar que el resto de los pisos no sean resbalosos ni tengan irregularidades, que los apagadores y contactos estén al alcance de la mano, que los muebles no obstruyan el paso y los estantes y libreros estén fijos a la pared.

En la cocina
Tener identificada la instalación y llaves de gas, evitar que éstas queden abiertas cuando no se utilicen, verificar que no existan fugas, ni acumulación de gas al no tener prendidos los pilotos de la estufa. Los muebles y las alacenas deben estar colocados a una altura que impida que la gente se golpee; usar protectores en las manos para retirar los utensilios calientes, utilizar con cuidado los utensilios punzo cortantes (cuchillos, picahielos) para evitar heridas; asegurarse que los contactos y los cables de aparatos eléctricos estén en buen estado.

En los baños
Procurar que el piso de la regadera no sea resbaloso; así como en la salida de ésta, utilizar un tapete de hule adherible al piso para evitar resbalones y caídas. Instalar pasamanos en los muros de la regadera y del excusado, procure que los seguros de las puertas puedan ser abiertos por dentro y por fuera, para poder entrar o salir ante una emergencia.

Es aconsejable que las personas que tengan alguna discapacidad usen una silla con respaldo, brazos y gomas en las patas para realizar su aseo diario; además es recomendable la ayuda de otra persona.

En la vía pública
Camine siempre por las banquetas, cruce las calles en las esquinas, utilice los puentes peatonales y de ser posible, vaya con un familiar o con una persona que le ayude. Respete las señales de los semáforos para peatones; cuando cruce, observe hacia ambos lados de la calle y cuando no vengan vehículos podrá atravesar, estas medidas de precaución evitarán ponerle en riesgo de ser atropellado.

Al transitar por calles y banquetas observe el piso para evitar caer en alcantarillas abiertas, zanjas u hoyos; en caso de personas mayores que usen bastón o andadera, es recomendable que al cruzar las calles sean auxiliados por otra persona.

Cuando utilice transporte público busque un lugar seguro donde pueda sostenerse y al bajar hágalo hasta que el transporte esté en alto total. En vehículo particular use el cinturón de seguridad, cierre y asegure las puertas.

En el trabajo
Cumpla con las normas de seguridad e higiene indicadas para el uso del equipo de protección, herramientas de trabajo, manejo de productos químicos y otros con los que esté en contacto; identifique las áreas de seguridad y la ubicación de los equipos de protección como son: extinguidores, mangueras, regaderas, entre otros; participe en los simulacros para casos de temblor o incendio y aplique estos conocimientos si se presentan en su hogar o en la vía pública.

Recuerde que conforme tenga más edad, se presentarán limitaciones que le impedirán realizar labores complicadas o que requieran esfuerzo físico para manejo de equipo peligroso o herramienta de precisión.

En los sitios de recreación y esparcimiento
Cuando asista a parques o jardines, centros de recreación y esparcimiento como cines, teatros y otros, evite aglomeraciones y áreas poco iluminadas, use las rampas y al bajar las escaleras hágalo con mucho cuidado, si asiste a espectáculos al aire libre tenga la precaución de usar la ropa adecuada, cuando vaya a día de campo procure caminar por áreas planas y seleccione los lugares más seguros para prevenir que sea picado o agredido por arañas, alacranes, avispas, moscos, hormigas y otros animales que lo puedan poner en peligro.

Prevención de violencia familiar

El acto de violencia en contra del adulto mayor se da cuando es agredido en forma verbal, física, emocional, sexual o económica con el fin de someterlo y con la intención de causarle daño. Ésta se puede presentar dentro y fuera de la familia.

La violencia familiar puede ser: verbal: burlas, insultos, gritos, acusaciones, humillaciones y amenazas; física: pellizcos, jalones de cabello, aventones, empujones, puntapiés, golpes, bofetadas, quemaduras, ataduras; sexual: al forzarlos a tener relaciones sexuales, acariciarlos, manosearlos o hacerlos que tengan cualquier otra actividad sexual contra su voluntad; emocional: menospreciarlos, no hablarles ni tomarlos en cuenta, hacerles sentir culpables y amenazarlos; económica: limitarles la libertad de manejar los recursos económicos necesarios para su subsistencia o bien por el interés de su pensión o de sus propiedades, condicionarles la atención que requieren o destruirles objetos de valor estimativo.

La violencia se aprende y se refuerza a diario con lo que se observa en las familias, amistades, vecinos, cine, radio y televisión.

Hay que reconocer que, así como existen adultos mayores que son víctimas de la violencia, también existen los que son agresores y desencadenan violencia contra otros integrantes de su familia o hacia ellos mismos.

Para prevenir este tipo de situaciones le sugerimos:

? Mantenga y preserve sus amistades.
? Conviva con los diferentes integrantes de su familia.
? Participe con otras personas formando parte de organizaciones donde se practiquen actividades físicas, recreativas y culturales.
? Sobre todo evite aislarse.

La violencia familiar es un problema complejo para el que no existen soluciones fáciles, sin embargo, el primer paso siempre será identificar que el problema existe y tener el valor de pedir ayuda para resolverlo.

Las causas de la violencia son múltiples, entre las más frecuentes están: alcoholismo u otro tipo de adicción, enfermedad grave, incapacidad o muerte de algún familiar, problemas económicos, o simplemente heredar la costumbre del maltrato a la mujer, a los hijos, a los abuelos, o a cualquier persona que dependa económica o emocionalmente del jefe de la familia.

En caso de que usted viva el problema de violencia familiar, reconózcalo por difícil o doloroso que sea, si toma la decisión de resolverlo, acérquese al personal de salud de su clínica para que lo orienten, lo refieran a donde podrán darle asesoría y apoyo legal y lo inviten a participar en un grupo de ayuda en el que personas que tienen el mismo problema que usted, compartirán sus experiencias para aprender a afrontar y superar la violencia familiar.

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